2.a) Igualdad


Padres e hijos tenemos los mismos derechos fundamentales pero distintas responsabilidades. Los niños y niñas tienen derechos, pero no todos, y además debemos recordar que también tienen obligaciones. También hay que constatar que no son seres oprimidos, pero que se pueden convertir fácilmente en tiranos, cuando confunden los derechos con privilegios. Por tanto no podemos confundir igualdad con una relación de servidumbre.
Sin embargo,la relación vertical ( donde el adulto está por encima del niño/a), a pesar de lo que pueda parecer, les da seguridad a nuestros hijos e hijas, porque vivir permanentemente en la desobediencia es muy inseguro.
Si entendemos la amistad como una relación de igualdad, no podemos ser amigos de nuestros hijos hasta que no crezcan y puedan igualarse a nosotros como adultos, esto no impide por supuesto que podamos tener con ellos una relación de afecto y confianza inmejorables.
Contravalor: La No-Igualdad
A veces los niños confunden la igualdad con la impunidad, creando una relación interesada con el adulto en la que los niños sólo se limitan a exigir, bien un poder que no les corresponde o que los adultos hagan previamente lo que les corresponde a ellos.

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